En preguntas de ciencia, la autoridad de miles no equivale al humilde razonamiento de un solo individuo.

Galileo Galilei

Introducción

La filosofía puede ser vista como un río que fluye colina abajo, a medida que escurre, se generan caudales secundarios al igual que ramas de un árbol. Estas ramificaciones ejemplifican las ciencias naturales y sociales, que nacieron a partir de preguntas esenciales del hombre hacia el universo, a si mismo y a lo que le rodeaba, algunas de aquellas aún vigentes. El concepto que engloba más de cerca esta definición es la proto-ciencia, es decir la filosofía como antecedente de la misma ciencia.
La intriga humana se caracterizó inicialmente en la filosofía, de hecho, principales hombres de ciencia – bajo el prisma moderno – también eran filósofos, por ejemplo, Pitágoras, que transformo las matemáticas, pero también con una fuerte cosmovisión filosófica que influyo tanto en Platón como Aristóteles.

Eventualmente, las preguntas se fundieron en un mecanismo o mejor llamado método científico, en donde las preguntas encontraron un marco teórico y deductivo más eficaz. El nacimiento de este método parte en 1610 con la publicación de Galileo Galilei en su libro Siderus Nuncius. La innovación genera un rompimiento con la tradición aristotélica del empirismo – inducir verdades universales a través de la observación, distinto al término “empírico”. En cambio, Galileo con la introducción de su nueva forma de deducir y analizar entrega la piedra angular del pensamiento occidental.

La derivación de estos caudales genera un campo que permite desafiar a la autoridad reinante de la época para sugerir que existe una realidad distinta, que los datos entregan una nueva forma de mirar el mundo, pero también el universo, es decir poner en jaque la teoría geocéntrica y plantear una teoría que se venía planteando anteriormente con Copérnico, la teoría heliocéntrica. De hecho, el habría postulado la teoría heliocéntrica en su obra póstuma “De revolutionibus orbium coelestium” – por miedo a la doctrina reinante no alcanzo a ver su obra publicada.

Ciencia: Origen de los males

El contrapunto comienza con la visión moderna de la vida, tal como comenta Steven Pinker, psicólogo de la universidad de Harvard. Comenta que el nivel de progreso actual nunca ha sido mejor que ahora en la historia de la humanidad, sin embargo, esto no se refleja en la percepción promedio del público. Principalmente por la tendencia de los editores de noticias a generar titulares más negativos que positivos, como una dinámica interna para ser más comerciable en el mundo del periodismo. Por lo tanto, existe una especie de disonancia cognitiva entre lo que verdaderamente está ocurriendo y en como internalizamos los nuevos progresos.
Desde el lado más negativo y con serios tintes anarquistas, la ciencia podría ser vista como un agente opresor dado que habría que adaptarse a nuevas formas de vivir y de cierta manera obedecer, incluso siendo formas más productivas que las anteriores. Por ejemplo, es increíble observar gente mayor utilizando tecnologías recientes como los smartphones con gran facilidad. De ahí se infiere que existió un proceso de adaptación y aprendizaje de nuevos códigos sociales, en donde valió la pena el “sacrificio” para ganar las virtudes que tiene posee o representa el aparato. Al igual que movimientos anarquistas anti-tecnológicos, el obedecer a nuevas reglas es algo intrínsecamente anti-humano, por lo tanto, las sociedades deberían volver a configuraciones más primitivas y casi autárquicas, que desde un punto de vista económico no resiste mayor análisis.

Intelectuales anti-ciencia

Paul Feyerabend postuló hace unas décadas atrás, que la ciencia poseía rasgos dogmáticos y fundamentalistas. Fue uno de los creadores de la teoría de anarquismo epistemológico en donde no existen leyes inamovibles o postulados absolutos, en su libro “Tratado contra el método” sostiene:

“la ciencia es una empresa esencialmente anarquista; el anarquismo teórico es más humanista y más adecuado para estimular el progreso que sus alternativas basadas en la ley y el orden.”

Ahora, esto contiene una derivada conceptual importante, que es como valoramos las afirmaciones de científicos versus por ejemplo pseudo-científicos como podría ser el tarotista de turno, en donde según el autor habría que aplicar la misma equivalencia epistemológica ante los argumentos de cada disciplina. Para el autor la ciencia posee el mismo carácter que los mitos y leyendas de la antigua Grecia dado su carácter dogmático, pero tal como comenta Klaus Ziegler en el Espectador [¹]

“Si entendemos por una ideología dogmática cualquier conjunto de creencias o principios que no encuentran sustento en la lógica o en evidencia empírica, y cuya veracidad no admite objeciones, entonces es obvio que religión y ciencia se sitúan en extremos opuestos del espectro.”

Por lo tanto, la clasificación de dogma no es equivalente a otros fundamentalismos. Tal como ciertas áreas del conocimiento, el conocimiento humano posee cierto grado axiomático como es el caso de las matemáticas, que parte desde bases fundamentales donde construye una disciplina y hasta cierto punto un propio lenguaje para las ciencias exactas. El lenguaje también cumple un rol axiomático en la generación de estructuras y composición siendo la piedra angular del razonamiento en cualquier ser humano, paradójicamente entre más “adoctrinados” estamos en el lenguaje, es decir entre mayor vocabulario tenemos e idiomas conocemos, el entendimiento de nuestra propia realidad es más precisa y aguda. Ejemplo de esto sería el uso de lenguaje más la utilización de las matemáticas para explicar teorías físicas tales como las de átomos y cuánticas que nos dan a entender de que está hecho el tejido de nuestro propia existencia.

Pensamiento moderno de la ciencia

Para poder criticar o apoyar el pensamiento moderno de la ciencia es necesario analizar la tesis que Karl Popper en su libro “Logik der Forschung” – Lógica del descubrimiento científico – publicado en 1934.
Popper vivió la época en que Einstein postuló su teoría de la relatividad y Freud con la publicación de su libro“Die Traumdeutung” – La interpretación de los sueños – con la que genera un puntapié al psicoanálisis. Ambos intelectuales planteaban teorías rompedoras a los cánones tradicionales de cada disciplina. El contraste de ambos personajes no son exactamente sus líneas de pensamiento, sino más bien como son considerado bajo la lógica de Popper.
Popper postulaba que la argumentación científica debería probar la falsedad de las hipótesis más que afirmar que eran ciertas, debido a que están basadas en la experiencia del investigador, transformando el enunciado que supuestamente sería universal en un enunciado singular. En el libro plantea el ejemplo de un supuesto de que existen solamente cisnes blancos, porque es lo que han vistos los investigadores, por lo tanto, la hipótesis postula que solo existen cisnes blancos. Bajo este prisma el investigador se dedicaría a buscar solamente cisnes blancos para confirmar su teoría. La hipótesis al tener un carácter netamente absolutista transforma la metodología en un mecanismo lleno de parcialidad que oscurece la investigación y la aleja de la realidad. Entonces, el autor plantea que mas allá de buscar validaciones de la misma
hipótesis – que tiende a ser absolutista – es necesario encontrar las fallas a la tesis para encontrar la verdad absoluta. Siguiendo la línea de pensamiento del ejemplo, el investigador debería preocuparse en buscar cisnes que no son blancos para acabar con la tesis o hipótesis y refutarla por completo. Con esto la investigación tomaría otro rumbo y estaría más cerca de lo que es real. Con esto Popper plantea los valores esenciales de la ciencia que son:

• Capacidad de prueba
• Refutabilidad
• Hipótesis falsificables.

Cualquier ciencia que este fuera de estos 3 valores, que tienda a ser absolutista, es decir que tienda a encapsular en base a conceptos, pero sin dar pruebas a priori de cierta condición sería considerado como pseudo-ciencia más que ciencia.
La ciencia para Popper tendría un carácter predictor, donde podría a partir de la inducción y evaluación de resultados saber que iba a pasar.
Luego de la explicación el contraste hace sentido, por los intelectuales mencionados anteriormente. Para Popper la teoría de Freud serían pseudo-ciencia dado su carácter absolutista, en donde todo cae a las categorías que el analista impone, por ejemplo, que todo esta basado en algún evento de la niñez o la relación con los padres tiene directa relación con el problema que el paciente tiene. Es decir, la teoría engloba el concepto y lo vincula sin mayor prueba fehaciente que es completamente cierto.
En cambio, la teoría de Einstein es diferente, ya que todo el tramado técnico y científico fue puesto a prueba por un eclipse solar el 29 de mayo de 1919 en las Islas Príncipe en África junto a la ayuda del astrónomo Frank Watson. El experimento tiene que ser un eclipse dado que es necesario para ocultar la fuerte luz del sol y así poder evaluar de forma precisa si el campo gravitatorio del sol genera una curva en la luz de estas estrellas. Estas se analizaron por unos 6 meses hasta que llegaron a la conclusión que Einstein estaba en lo correcto – la luz de las estrellas se había curvado debido al campo gravitatorio del sol. Bajo la lógica de Popper, Einstein fue un predictor más que un absolutista, catalogando como un verdadero científico.

Conclusión: Evidencia empírica y sistema de creencias

Luego de los diversos argumentos expuestos cabe la duda de cuál sería el sistema de creencias predominante o más valido. Dado que lo que somos depende de la acumulación de conocimiento desde nuestros más primitivos ancestros, uno se haría las siguientes preguntas ¿Por qué algunos sistemas de creencia son más validos que otros? ¿Es la evidencia un factor importante?
Dejando de lado el nivel intelectual al cual se podría aludir a cierto grupo de persona, existe cierta reticencia al minuto de creer en la ciencia como la creencia reinante. Ahora, ¿Por qué esto ocasiona un problema? La falta de método para creer lo que creemos.
Siguiendo la línea argumentativa de Feyerabend, sin una creencia reinante, podríamos creer lo que quisiéramos según nuestros sentidos y experiencias, sin necesidad de poner a prueba o criticar, dando pie a teorías fantásticas, religiones y disciplinas que caen en la pseudo ciencia pero que el público desea desde su emocionalidad más que su racionalidad de seguir creyendo. A fin de cuentas, el pensamiento crítico pierde espacio y una emocionalidad superflua invade.
La sensatez estaría entonces en ejercer un pensamiento crítico en base a un método científico en donde seguimos los valores enunciados por Popper. Los intelectuales son los seres humanos más peligrosos- si es que no se rigen bajo estos métodos – porque su dialéctica y elocuencia podrían convencer a un grupo importante de personas sin siquiera hacer sentido en lo más profundo o peor aún causar daños que van contra nuestra propia moralidad y evidencia.
Ahora, asumamos que estamos en lo incorrecto, que el método científico no es la manera de pensar y construir conocimiento, ¿Cuál vendría siendo la manera en la cual podríamos crear nuevo conocimiento? ¿Bajo qué sistema de creencia podríamos mantener nuestra validez hacia nuestros sistemas políticos, sociales, culturales?
Al parecer son preguntas que no tienen respuestas, dado que el método que se menciona es una refinación por más de 400 años de quienes somos y los resultados de progreso y tecnología lo demuestran. Los sistemas de creencias que quedan fuera no pueden explicar bajo sus propios métodos los sucesos que la ciencia si puede explicar, además que son sistemas aún más arcaicos que recaen en sistemas circulares de explicación, como vendría siendo la religión, es decir todo lo que no entendemos – en la frontera del conocimiento – es efectuado por dios.
Por lo tanto, todo lo que creemos en algún minuto ha sido teorizado, puesto a prueba y chequeado por miles de profesionales especializados en esa misma área, siendo el caso más ejemplar y reciente el del calentamiento global. Por lo tanto, no es un conocimiento desde un solo individuo sino más bien una inteligencia colectiva que acuerda cierta teoría – en ciencia teoría revela una verdad comprobable, más allá de lo que se cree popularmente.
Finalmente, para responder al título, el argumento de que la ciencia es la doctrina reinante es completamente verdadero, es el sistema más sensato para explicar y experienciar la realidad. El segundo argumento a poner a prueba es que existe una sobreexplotación de su uso, esto vendría siendo falso. Además, al contener valores intrínsecos nobles eventualmente revela la falsedad de colusiones entre individuos
que dicen ser científicos, es decir este ensayo no niega el mal uso de la ciencia, pero como estamos refiriéndonos al estado más puro de la ciencia, esta revela y muestra a la mal utilización de la ciencia que se refleja en el uso de otros intereses y mancha el nombre de la ciencia por completo. Un ejemplo impresionante es la utilización del plomo en la gasolina, un caso legal que duro varias décadas. Ahora, la afirmación está fuera de la realidad, basta con analizar el consumo del internet y la cantidad de usuarios y concluir que la ciencia no es ni cercana a ser siquiera sub-explotada. Es cierto que ha habido una mayor inserción de la ciencia en la vida cotidiana, dado al esfuerzo de ciertos personajes públicos y el de las mismas instituciones público-privadas pero eso no significa que sea sobreexplotada. Además, como se ha mencionado antes ha sido el método de razonamiento que ha logrado que la modernidad logre el nivel de progreso, pero también del entendimiento hacia la realidad que sostenemos, acercándonos paso a paso a la verdad. Cualquiera que pueda negar un supuesto científico tendría que traer las pruebas necesarias, como diría Carl Sagan:

“Afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias”

Referencias

[1] Ciencia y Dogmatismo – El Espectador

[2] Definición de Epistemología – Wikipedia

[3] La gran influencia de Galileo: Nicolás Copérnico – Blog Universidad de Alicante

[4] Las paradojas del progreso: datos para el optimismo – El País

[5] La teoría de la ciencia de Karl Popper: auge y caída de la ingeniería social – Universidad de Tubinga

[6] Libro: La lógica de la investigación científica – Karl Popper

[7] Artículo New York Times: 25-11-1919. Una nueva física, basada en Einstein

[8] Un eclipse para confirmar la teoría de la relatividad general

[9] Gasolina con Plomo – BB