Autor: Angelo

Analista de negocios interesado en debatir ideas acerca de filosofía, economía, sociología y moralidad.

Pipo, el perro

Un hombre triste por el cumpleaños número catorce de su perro Pipo. Una mezcla entre alegría y tristeza, entre los años que llevan juntos y de lo poco que le queda a su “amigo” canino.
Algunas de las palabras que llaman la atención son “Pipo, mi gran compañero de vida”.
No puedo dejar de pensar con este tipo de vídeos, la intensa codependencia que se ha desarrollado con los animales domésticos y los impactos sociológicos que esto conlleva.

Desde la codependencia, los humanos han forzado un antropomorfismo en los animales domésticos. Basta ver las redes sociales con frases llenas de usuarios refiriéndose a ellos mismos como “Mamá y Papá” en relación a sus perros.
La población de gatos y perros en Estados Unidos es mayor a la población de niños menores de 18 años. En Estados Unidos existen alrededor de 80 millones de perros y 37 millones de gatos [1], en comparación a 72 millones de niños [2]. Quizás al digerir estas cifras, no es sorprendente pensar en la tendencia de tratar a los animales domésticos al igual que hijos.

El antropomorfismo también se puede ver desde una evolución de las distintas especies domésticas las cuales han adoptado expresiones para ser suficientemente “tiernos” e imitar emociones humanas para que sean “más” cercanos.

La ironía es que los animales aún mantienen una relación gigante de asimetría con sus pares humanos, la cual es mirada en menos. Primero, porque los mascotas aún son considerados propiedad tanto en un ámbito legal y experiencial. Nadie imagina un perro pueda elegir libremente una familia o hogar, la decisión es tomada por el humano. Segundo, la asimetría en inteligencia quiere decir que el humano controla por completo lo que un animal doméstico puede y no puede hacer, bajo la condición que le entregue refugio y alimento. Algunos dueños dirán que sus mascotas son bastante inteligentes y mantienen un código de entendimiento bastante cercano, pero claramente esto no tiene que ver con que el animal logre una completa independencia. El concepto de “los animales son ángeles” quiere decir que los dueños perciben cierta nobleza en la incapacidad que tienen sus mascotas de juzgar a sus dueños, pero no se dan cuenta que esa incapacidad no es una elección del animal, sino una incapacidad arraigada en una asimetría en el nivel de inteligencia.

La relación de codependencia también ilustra el rasgo sociológico más problemático que es la búsqueda de amor y cariño en un animal que esta precondicionado a darlo.
Primero, porque la comercialización del amor en base a la posesión de un animal tiene que llenar ese vacío. Incluso, si el animal no es comercializado, la lógica capitalista es parte del juego.
El sentimiento de vacío es como si dijera: “Me siento suficientemente solo, con tal de adoptar o comprar una mascota puedo palear este sentimiento”. ¿Qué significa esto? Una  profundización de un individualismo y un mundo interno.
En el acto de poseer, reside el deseo profundo de querer ser amado en base a una mascota que no tuvo la opción de elegir y está destinada a una entrega y amor incondicional hacia su futuro dueño. El poseer en este caso, es una comercialización brutal del amor en base a tratar a la mascota al igual que una mercancía que puede solucionar problemas emocionales. Si estos problemas son realmente solucionados o son percibidos como solucionados, el mundo interno es profundizado y por ende el trabajo psicológico interno queda de lado, quizás la raíz del problema. Es cierto que pasear a la mascota tiene impactos positivos en conocer a otros dueños, los cuales pueden generar un sentido de comunidad. Pero creo que quedan bastante lejos de lo que el dueño o dueña buscaba en un principio.

Por lo tanto, ¿Es la mascota un impedimento para entenderse a sí mismo en base a la multidimensionalidad de la vida? ¿Qué tan cierto es el perder interacciones con otros seres humanos al tener relaciones más intensas con mascotas, que resulten ser paliativas?
Dicho de otra manera, ¿Es tener mascotas un atajo emocional para evitar trabajar en las relaciones con el otro? Es innegable que las relaciones humanas son altamente complejas, llenas de matices y emociones variantes, lo que aumenta el desafío de mantenerlas y nutrirlas. Al igual que todo lo que vale la pena, todo eso se traduce en un sacrificio sostenido en el tiempo.

Creo que la tenencia de animales abriga una significativa contradicción, una creciente perspectiva de que las mascotas están cada vez más cerca de ser agente morales pero que en la práctica terminan siendo una propiedad más de sus dueños. Al alcanzar una completa moralidad, abriría el paso a una completa agencia, las cual nos obligaría a abolir la tenencia de mascotas [3]. Entonces existe una tensión entre la cercanía y la tenencia.

Lo discutible al día de hoy, no es la moralidad y agencia, sino la completa dominación del ser humano por sobre sus mascotas. La dominación es discutible incluso si la moralidad animal no es idéntica a la humana. Peter Singer arguye que igual al racismo y el sexismo existe el especismo, una discriminación hacia otras especies por no tener las mismas capacidad humanas. Yo creo que la incapacidad de tener un lenguaje común es uno de los orígenes del especismo.
¿Qué pasaría si en un futuro cercano somos capaces de comunicarnos y entender al reino animal? En un excelente reportaje del Financial Times podemos ver esfuerzos de investigadores por entender el lenguaje de los animales decodificando sus códigos con inteligencia artificial.
Si esto fuese cierto ¿Cuáles serían las implicancias con nuestra relación con no solo animales domésticos, sino todo el reino animal? Sería suficiente para lograr la empatía suficiente, para que no sean exterminados?

Quizás con un lenguaje común podamos finalmente entender del acto de poseer es más dañino de lo que pensamos y que el resto de los animales también merecen la misma compasión y empatía que los animales domésticos, con su designada libertad y autonomía en sus respectivos hábitats.

Fuentes:

[1] 2022 AVMA PET OWNERSHIP AND DEMOGRAPHICS SOURCEBOOK

[2] https://www.childstats.gov/americaschildren/demo.asp

[3] https://aeon.co/essays/why-keeping-a-pet-is-fundamentally-unethical

Nihilismo y crisis

La “historia” del pálido punto azul de Carl Sagan suele recordarnos lo pequeños e insignificantes que son nuestros problemas en comparación con la escala del universo. La tierra fotografiada por la Voyager 1 desde miles de millones de kilómetros muestra una imagen de un lugar tranquilo y frágil. La analogía es un marco que nos ayuda a pensar más allá de nuestros problemas y aplacar nuestras diferencias.

Lo mismo se aplica cuando reflexionamos sobre el significado y el propósito relacionados con la experiencia humana. No tener una experiencia compartida en torno a esos temas no lo hace menos valioso. Cuando la religión fue universalmente adoptada, nos sentimos espiritualmente interconectados, con ramificaciones sociológicas.

El nihilismo y la falta de propósito suelen canalizarse con una actitud pesimista bajo una mirada que nada importa. El problema con este punto de vista es la realidad de la afirmación, que suele sentirse más como una actitud performativa que como un punto de vista real. En otras palabras, ¿cómo puede una persona operar sin que le importe nada?

La acción performativa se basa en una interpretación individual de la sociedad en la que cada individuo crea un conjunto de preferencias. La deducción y la interpolación significan que la sociedad está construida por un conjunto de individuos que se preocupan por cosas específicas y, a veces, encontramos un lugar común. Sin embargo, en muchos otros temas no encontramos un lugar común, por lo tanto, el nihilista performativo se presenta con una explicación pesimista. Los temas pueden variar ampliamente, pero un buen ejemplo es el cambio climático. El nihilista performativo describirá cuán cerca del desastre estamos porque el cambio climático no es una preferencia a nivel individual, por lo tanto, carecemos de la conciencia global para realizar el cambio necesario para trascender una sociedad basada en el petróleo. El problema con esta línea de pensamiento es que presenta una derrota antes de comprometerse a analizar el tema. El marco no permite pensar críticamente sobre el tema en específico y ofrece menos formas de pensar en una solución potencial. Psicológicamente, el sujeto intenta liberarse de la carga mental que una profunda crisis conlleva y la reemplaza con una filosofía pesimista para que la preocupación desaparezca. El sujeto ha resignificado la existencia para hacerla más soportable, pero bajo algunas acrobacias mentales importantes.

Con este contraargumento, no pretendo minimizar la profundidad de ninguna crisis ni caer en un pensamiento mágico argumentando que la tecnología resolvería todo. El punto principal es evitar una perspectiva nihilista predeterminada que aniquile cualquier pensamiento crítico y, con ello, cualquier progreso futuro para superar cualquier crisis desafiante.

¿Y si las plantas sienten?

Imaginemos a dos amigos discutiendo sobre el vegetarianismo y veganismo. Uno le pregunta al otro, ¿Y si las plantas sienten, que comerían los vegetarianos y veganos?. La pregunta infiere que una de las premisas principales de ambas dietas es evitar el sufrimiento animal,  pero si extendemos el concepto a todo lo vivo también sugiere la pregunta: ¿Qué realmente podría comer un vegetariano y vegano?

La retórica alrededor de este argumento se repite normalmente siendo una simplificación de los fundamentos morales que adoptamos y rigen distintas sociedades.

La pregunta normalmente se plantea como si fuese una gran revelación y un gesto infalible para desenmascarar un cierto cinismo e hipocresía que vegetarianos y veganos poseen, al igual que quedar el descubierto.

La respuesta a todo esto no es para nada sencilla, dado que los mismos conceptos de moralidad se aplican a otras dietas sin ni siquiera pensar en ellas. Por ejemplo, dado que el sentir animal no es prioridad en dietas tradicionalmente carnívoras ¿Por qué solo comer solo chanchos, gallinas y vacas? ¿Por qué no extenderlo a perros, gatos y otros animales domésticos?
En China casi no existen límites de que animales comer, de hecho existe un dicho que al parecer fue repetido por el príncipe Philip que dice:

Si vuela, nada o tiene cuatro patas y no es una silla o mesa los chinos se lo comen”.

Por lo tanto, ¿Qué hace estremecer a un occidental cuando le mencionan comer animales tan exóticos como serpientes o murciélagos en una sopa?

Es decir, existe una moralidad tácita hacia ciertas especies, que se divide en dos áreas.
Uno potencialmente relacionado al disgusto más que el respeto a esas especies que quedan fuera de la cadena alimenticia, nadie detiene a un occidental a comer serpiente pero dudo que alguien de verdad quiera hacerlo, como lo podría hacer en un mercado de comida en Hong Kong.
Segundo, los animales domésticos parecen albergar una clasificación distinta, dado que son capaces de apelar directamente a la emocionalidad y vínculo con los humanos, llegan a ser intocables y potencialmente albergan una consideración proto-moral[1] y abandonan poco a poco la consideración de propiedad que tenían con el ser humano.

Entonces, respondiendo la pregunta, ¿Y si las plantas sienten? Mantendrían una consideración moral similar a la que tienen los carnívoros hoy a los chanchos, pollos y vacas. Es decir, se crea una moralidad que no es perfecta ni basada en principios, sino a reglas definidas en beneficio del ser humano, con las mismas inconsistencias que antes pero al menos reduciendo la crueldad hacia los animales. Las plantas seguirían sufriendo (si es que sufren), pero desde la óptica actual no es tan crucial al igual que el sufrimiento animal. Primero, por la cercanía de los animales domésticos que crean una unión intra especies  y permite extrapolar ese sentimiento a otros animales creando un nuevo tipo de empatía.
Segundo, el sufrimiento de los animales es más antropomorfo, sus emociones de sufrimiento son al menos reconocibles entre los humanos. Sobre todo en tiempos modernos donde hay una mayor consciencia acerca del sentir de los animales que proviene del punto anterior.
Tercero y relacionado con lo anterior, la diferencia en inteligencia entre plantas y animales facilita que estas relaciones den frutos, existe un lenguaje y una retroalimentación que permite mantener códigos de conductas y permite entender al otro.

Finalmente podemos concluir que el argumento en su reduccionismo deja de lado aspectos de autorreflexión que impactan directamente en el desarrollo mismo. Pensar que la moralidad son reglas universales tajantes es un gran error para ambos lados del espectro.

El vegetarianismo y veganismo va más ligado a reducir el sufrimiento pero también a reducir el uso de recursos y mejorar la salud de las personas (en teoría). Además todo ser vivo necesita consumir recursos, por lo cual es necesario establecer el límite hasta donde el sufrimiento es posible. Dicho de otra manera, los que mantienen estas dietas abogan por una vida sana sin la necesidad de que exista un sufrimiento que humanamente podemos entender.


[1] Proto-moral ya que poco a poco y quizás en un futuro cercano alcancen una independencia completa sobre el ser humano y sean seres en sí mismos.


 

Modernidad y Sentido

El sentimiento moderno es difícil de capturar pero mantiene ciertas vivencias compartidas que son accesibles de manera casi universal, tales como un viaje en el tren subterráneo. Siendo uno de los vehículos de transporte públicos más eficiente, no cabe duda porque la gente lo prefiere, pero igual que la modernidad, donde la vivencia es dejada de lado a favor de la eficiencia, nadie disfruta un viaje en metro por sus entornos o por lo intrínsecamente enriquecedor del viaje, sino más bien por lo rápido que podemos llegar del punto A al B.

Desde una manera más teórica el progreso puede ser visto como un afán vacío de una búsqueda de ganancia, que lleva o ha llevado hasta ahora una destrucción patente del planeta y del medio ambiente como lo conocemos.

El problema de la modernidad y por lo tanto del progreso económico y tecnológico, ha sido la falta de explicación filosófica acerca de estos avances y el impacto que tienen en la vida cotidiana. Bajo este argumento, no es suficiente simplificar el progreso solamente con cifras de mejoras, como vendría siendo la recopilación de cifras en el ensayo de Steven Pinker, el cual compila un abanico de métricas y las compara argumentando que actualmente vivimos en la mejor época posible. El problema de la argumentación a favor del progreso solamente utilizando cifras, es que esconden el sentimiento de frustración, desesperación y falta de humanidad. Las cifras que se utilizan van a ser de un carácter solamente económico y tecnológico, pero van a carecer de comparación política, sociológica o incluso psicológica. Por ejemplo, somos más eficientes en producir smartphones con mejores prestaciones, pero no somos capaces de incrementar la participación política y la adherencia a las instituciones entre algunas métricas preocupantes.
Ahora, esto también trae contra-argumentos que son igual de ciegos, en el cual el progreso es visto de manera negativa, con cierta suspicacia y escepticismo. Ahí lo que se crítica es la lógica económica en su totalidad, pero tampoco se ofrecen alternativas reales al modelo económico que rige actualmente.

La gran pregunta que generan estas reflexiones es:
¿Cómo ayudar a que ese progreso este en más sintonía con los seres humanos y el planeta? La respuesta puede recaer en un argumento ligeramente ambiguo, que es: generar lineamientos seculares y universales que ayudasen a permear una idea de progreso holístico sin crear una sensación de cansancio, frustración y decepción. Holístico en el sentido en que tomara más variables que la ganancia económica y expandiera el concepto a una multi dimensionalidad compartida. Al igual que la evolución de la moralidad, esta no imposición de arriba hacia abajo, más bien tiene una adopción natural dado que las sociedades van cambiando lentamente sus miradas a través de su opinion pública, al igual que una decantación. Algunos podrían argumentar que las empresas B mantienen este afán de búsqueda multi dimensional, pero la verdad que es necesaria una visión aún más amplia sobre sobre que éticas sería ideal discutir y potencialmente compartir.

Algunos intelectuales, tales como Peter Sloterdijk argumentan que es necesaria una segunda Ilustración, en los cuales estos conceptos puedan ser introducidos, o seguir el sueño de Kant con su giro copernicano, de hacer la filosofía el marco metafisico.


Redes Sociales II: Regulación

Estos últimos 3 a 4 meses han sido tiempos abruptos para las redes sociales, que son cada día más poderosas, como se describió en una columna anterior.
La elección estadounidense resultó ser un desafío a escalas mayores, sobre todo luego de la insurrección del 6 de Enero junto con borrar la cuenta de aquel entonces Presidente Trump.

Contexto

El borrar la cuenta del Presidente de Estados Unidos marca un precedente en la cultura estadounidense, en donde se viene incubando hace un largo tiempo lo que llaman en inglés, the cancel culture, o la cultura de la cancelación, que se define como una expulsión o momentáneo bloqueo a un usuario o institución que se escapa de una determinada forma de pensar o hacer en relación a un grupo dominante.
Al incluir a la persona más poderosa del mundo dentro de esta misma cultura, llega a preguntarnos ¿qué tan poderosas son estas redes sociales? pero más importante aún, ¿En dónde termina lo privado y comienza lo público en las redes sociales?

Límites: Privado y Público

Preguntarse esto no es trivial dado que las redes sociales en Estados Unidos se acogen a la Sección 230 de la acta de decencia comunicacional de la ley federal, la cual les permite no hacerse responsable de los contenidos que emiten.
En base a este ley, el argumento que las redes sociales esgrimen es contradictorio, dado la forma arbitraria en la cual deciden que contenido eliminan y que contenido se queda, igual que un medio de comunicación.

El límite se transgrede cuando existen censuras arbitrarias y cancelación de cuentas como se describió anteriormente, las cuales provocan límites a la libertad de expresión. El problema es que estas redes sociales funcionan como grandes oligopolios, que regulan contenidos de manera similar entre ellas. Por lo tanto ser borrado de todas ellas, significa que parcial o totalmente pierdo el acceso a mi audiencia de lo que pienso y opino.

Si la libertad es solo garantizada cuando sabemos de antemano que sus efectos serán beneficioso no es libertad

F. A. Hayek – the case for freedom

No es casual que estas compañías estén basadas en Estados Unidos, en donde la regulación de mercados ha sido bastante laxa en las últimas décadas, en un país que dice ser el campeón del capitalismo permitió a empresas como Google o Facebook aniquilar la competencia comprando cada startup que pudiera ser un problema para el continuo crecimiento y participación de mercado que estas empresas poseen. Ejemplos tales como Instagram, YouTube, WhatsApp entre otros, tuvieron que haber sido reconsiderados dado la concentración de poder que esto significa.

Regulación

La caída del medio impreso

El origen híbrido – privado y público- de las redes sociales genera una concentración de poder con un tamaño imaginable décadas atrás. Por ejemplo, no es claro el efecto que tienen sobre la democracia, tanto en el uso que le dan sus ciudadanos, como también por la reducción sustantiva de ingresos para el periodismo en general.

Fuente: Zenith

La constante caída de los ingresos de los medios impresos se produce por la irrupción de las redes sociales con sus modelos personalizados de anuncios junto con una caída en tráfico. Las redes sociales al mantener un mar de información de cada usuario, es capaz de mostrar anuncios relevantes, que los anunciantes agradecen, por el aumento en rendimiento que esto confiere.
En contraste, los periódicos que muestran un anuncio de manera generalizada y por supuesto con un menor rendimiento para las empresas anunciantes.

Esto produce un escenario en donde según Marc Edge los diarios impresos en Reino Unido han sido resilientes, buscando diversos modelos para seguir siendo competitivos, el más popular, el aumentar la base de suscriptores, tanto como un pago obligatorio o voluntario. The Times, un diario conservador, ha hecho exactamente eso, implementado una barrera para acceder al contenido que solo usuarios suscritos a la plataforma pueden ver, eliminando cualquier contenido gratuito.
En el modelo de pagos voluntarios el diario pionero es The Guardian que ha logrado un gran éxito en base a este modelo.

Por lo tanto, si incluso los periódicos han podido seguir siendo rentables, la importancia que tenían ha venido reduciéndose sustancialmente, desde el 2002, en donde llegaron a su máximo de ingreso. Algunos analistas dicen que han llegado a niveles de venta de la década de los 50.
El modelo de suscripción es positivo para los medios pero no tanto para sus usuarios, en donde el que no tiene suficiente dinero para tener múltiples suscripciones, esta condicionado a consumir un solo sitio o de frentón consumir sitios gratuitos que no siempre poseerán la misma calidad.
De manera anecdótica The Sun , un diario de chismes, trato de imitar la estrategia del periódico The Times sin grandes resultados, por lo que se intuye que solo el contenido de calidad podría incluir una barrera de acceso.

Vació regulatorio

El no tener un marco de regulación por tanto años ha generado un vacío legal, en donde el flujo de información ha cambiado completamente. La propagación de noticias e información de una sola vía, es decir de medios de comunicación a una audiencia, ha cambiado para generar una conversación más abierta, en donde esta conversación ahora es de dos vías, por ejemplo puedo reaccionar directamente a una noticia, pero aún más interesante puedo reaccionar a las fuentes de esa noticia, mientras está sucediendo. De alguna forma anteponiéndose a la noticia misma, más de alguna vez se ha visto que sitios de noticias citan tweets directamente, como un hecho factual e histórico.

Al mirar a los medios de comunicación tradicionales vemos que tienen marcos regulatorios definidos en base a los cuales son responsables de lo que publican. Por ejemplo, la regulación en Inglaterra para la difusión de televisión y radio, codificada en la acta de radiodifusión del 1990, contienen claros lineamientos de los límites de estos medios. Estas reglas son usadas en casos extremos, hace un par de semanas el regulador a cargo, Ofcom, anuló la licencia a China Global TV por cubrir las protestas de Hong Kong de forma imparcial y la transmisión de una confesión forzada de un investigador inglés en suelo chino. El regulador actúa también con multas monetarias, las cuales según The Guardian no han excedido los 2 millones de libras.

¿Qué significa esto? Bueno que la regulación permite establecer un marco en los cuales estos medios operan, siendo imposible la propagación de información falsa, dado que el canal o radio que lo haga se vería enfrentado a una severa multa. Ahora, alguien podría preguntar ¿esto no limita la libertad de expresión? personalmente no lo creo, dado que se podría argumentar lo mismo para difamar a cierto grupo o propagar mensajes de violencia explícita.

Otro caso interesante es la regulación de medios impresos en Reino Unido, que es absolutamente privada. Es decir, los medios impresos se acogen a las mismas leyes que cualquier ciudadano a pie, pero mantienen una regulación privada en común, que deben seguir, también con el incentivo de evitar cualquier regulación pública.
Sobre este punto es donde las redes sociales deberían encauzar su esfuerzos, es decir mantener un órgano externo que pudiera decidir los casos de moderación más complicados. Facebook ha tratado de acercarse a este punto con su Oversight Board, asignando académicos, políticos, periodistas entre otros, para que puedan decidir acerca del contenido más delicado. Pero esto no ha estado fuera de controversia, dado que han habido ciertas diferencias entre Facebook y la junta.
El caso más emblemático es la expulsión de Trump de la plataforma, en donde la junta decidió que Trump debería ser suspendido por 6 meses en vez de ser eliminado completamente. Una decisión que esta fuera de los términos y condiciones de Facebook. Este comunicado fue dado a conocer el 5 de mayo en el sitio web de la junta.

El caso Australiano

Facebook luego de una larga lucha con el gobierno australiano ha llegado a un acuerdo en donde negoció en privado con las grandes cadenas de noticias para establecer un plan de pagos. News Corp una de las compañías beneficiadas por este acuerdo, parte del grupo Murdoch.

La negociación partió cuando el gobierno australiano impuso que las redes sociales, en especial Google y Facebook deberían pagar una tarifa cada vez que redireccionaran contenido a los sitios de noticias. Esto ocasiono que estos sitios en vez de pagar, bloquearan el tráfico que eventualmente iría a esos sitios. Finalmente conversaciones entre el gobierno australiano y Facebook llegaron al acuerdo antes anunciado.

Esto demuestra dos cosas, uno que las redes sociales son cada vez más grandes y son capaces de modificar la política publica que directamente los afecta. Las negociaciones fueran llevadas a cabo por el mismismo Zuckerberg y el equivalente al ministro de hacienda australiano Josh Frydenberg – treasury minister. Segundo, que dado el compromiso monetario sea suficiente, los reguladores están felices con tal de mantener al gremio de los periodistas contentos. Tal como reporta TechCrunch, Facebook se compromete a pagar 1 billón de dólares en los próximos 3 años, al igual que Google.

Conclusión

La operación de las redes sociales se parece cada vez más a la acción de un estado, que a la de una empresa privada. El Oversight Board algunos analistas lo consideran la corta suprema de Facebook, dado que de forma análoga a una democracia, es independiente a los otros poderes. Pero también vemos con cierta frecuencia y en especial Facebook están altamente interesados en ingresar a mercados emergentes, dado la alta penetración de mercado en países desarrollados. Basta ver el proyecto fallido de India, en el cual prometían acceso a internet de forma gratuita pero con ciertas condiciones.
El acceso no era completamente libre, sino restringido a un par de sitios web que Facebook estimó convenientes, infringiendo el valor mismo del internet, que es el acceso libre y sin fronteras que posee el internet. Esto demuestra una vez más la falta de ética y criterio de los altos ejecutivos de Facebook, que parecieren estar más preocupados del próximo trimestre de ganancias y sumar más usuarios que la tensión que genera el uso y comercialización de datos ajenos.

Por lo tanto las redes sociales deberían ser completamente abiertas de como moderan su contenido y esta moderación deberá ser externalizada a grupos de interés público y privados. Claramente el regular el discurso online necesitará cierta innovación dado que el discurso online es algo completamente nuevo, sin precedentes, dado a la escala y heterogeneidad del contenido. No solo una innovación tecnológica, sino también una innovación de corte psico-social en donde es necesario estudiar sociológicamente estos asuntos.

Material Adicional

Redes Sociales

En las últimas semanas, Bielorrusia ha estado en el foco de atención con protestas masivas en contra del denominado “último dictador de Europa”, Lukashenko.

Según el reportaje de Wired el movimiento bielorruso es análogo a la primera árabe, en donde las redes sociales son una parte fundamental para la congregación y organización de las protestas, pero la plataforma propulsora no es Facebook o Twitter sino más bien Telegram, que funciona como un aplicación de mensajería pero también como propagación de noticias.

 Las redes sociales pareciere tener efectos positivos cuando los regímenes totalitarios desean coartar la libertad de sus ciudadanos, y quedan como los únicos métodos de propagación de noticias, organización y congregación. Pero pareciere que las redes sociales en democracias liberales, en donde existe una diversidad de medios de comunicación, son más dañinas que liberadoras.

Inicios

Con el ideal de querer conectar personas, las redes sociales ampliaron sus modestas bases de usuarios a principios del 2000, a pasar a ser verdaderos gigantes y representar una proporción importante de los usuarios con conexión a internet.

El problema es que las redes sociales han cambiado su objetivo de conectar personas, a pasar a ser grandes redes de contenido, en donde son la principal fuente de información, algunas encuestas enfocadas en Estados Unidos y Reino Unido estiman que un poco más de la mitad de los usuarios consume noticias desde las redes sociales.

¿Por qué esto suele ser visto como un problema? Esencialmente las redes sociales estan funcionando como un periódico, el cual contiene “líneas editoriales”. Facebook o Twitter pueden negar la propagación de ciertas noticias, dado que no cumplen con los términos y condiciones del sitio, las cuales son decididas bajo el criterio de sus ejecutivos, en vez de una mediación y acuerdo público. De hecho, usuarios de la derecha más extrema en Estados Unidos han llegado al extremo de crear su propia red social llamada Parler al sentirse excluidos de Facebook o Twiter.

Tampoco es nada nuevo que la tendencia política de Sillicon Valley es más cercana a los demócratas que a los republicanos tal como lo indica un estudio de Stanford. Por lo tanto, ¿Cómo se genera un balance entre opiniones sin generar ostracismos en los silos de información?

Polarización

Uno de los principales objetivos de las redes sociales es maximizar el tiempo que cada usuario permanece en el sitio, aumentando así los anuncios visualizados y respectivos clicks con lo que finalmente aumentan sus ventas y ganancias.

Para captar esa valorada atención los algoritmos de cada red social ofrecen recomendaciones similares a preferencias que hemos indicado previamente, por ejemplo a quienes hemos seguido o los post que nos han gustado, por lo cual el algoritmo se preocupa de proveer una curatoría de contenido similar al anterior, haciendo muy difícil la tarea de mostrar contenido novedoso o opuesto a la cosmovisión del usuario.

En términos prácticos esto se ha visto plasmado en la política estadounidense, en donde el votante medio se ha tendido a extremar sus visiones más cerca del extremismo, que al centro, tal como lo indica Pew Research.

Fuente: https://www.facinghistory.org/sites/default/files/Explainer_Political_Polarization.pdf

Tal como lo describe de manera temprana Cass R. Sunstein en su libro Republic.com 2.0 en el 2007, las redes sociales generan silos entre los sujetos que las utilizan, perpetuando las cosmovisiones de cada grupo, desarrollando fragmentación y polarización política.

Es extremadamente desafortunado cuando las nuevas tecnologías son usadas para incrementar la probabilidad de que los miembros de diversos grupos eviten visiones contrarias.

republic.com 2.0 Cass r. sunstein (p.215)

Además, diluye el espacio público en donde los filtros y personalizaciones son la norma en lo que podríamos llamar el espacio público online. El espacio público tal como lo indica el autor permite el desarrollo de momentos inesperados.

Los encuentros sin anticipación son centrales para la democracia misma. Tales encuentros involucran tópicos y puntos de vista que las personas no han buscado o que pueden encontrar bastante irritantes. Son importantes para evadir la fragmentación y el extremismo.

republic 2.0 Cass r. sunstein (p.5)

Centralización

Las redes sociales por lo tanto crearon nuevos espacios pseudo públicos de interacción y opinión inexistente anteriormente, al menos en la escala de las redes sociales que tienen un alcance superior a los 2 mil millones de personas. De hecho cambian la morfología del intercambio, en el sentido de que es primera vez que un solo “ente” privado monopoliza este espacio público, en contra posición a las capas de opinión pública tradicionales.

La centralización concentra una multiplicidad de desafíos que suelen ser minimizados y las supuestas soluciones provienen de las mismos sujetos que las fundaron, como si ellos mismos fueran los salvadores. Uno de los desafíos más significativos es la polarización que es un subproducto de la falta de empatía y odio que estas redes generan. Pero el error es fundacional dado que existe una falta de ética y moralidad, la filosofía de “conectar personas” es anticuada y pareciere ser completamente lo contrario.

Otro desafío que es interesante es la moderación de contenido. Dado que el contenido es producido a tal volumen que es imposible de procesar de manera manual, estas compañías se han visto obligadas a generar algoritmos con inteligencia artificial para poder detectar cuando alguien ha abusado sus términos y condiciones.
Tal como lo indica la agencia que regula las comunicaciones en Reino Unido, Ofcom, la moderación de contenido en base a inteligencia artificial posee limitaciones en torno a la clasificación de contenido de odio con respecto al contexto o también a contenido basado en imágenes, especialmente como memes.

Además, las redes sociales no han estado libre de controversias, respecto a la censura sobre todo cercano al proceso de elecciones que culmina en Noviembre para la elección del próximo presidente de Estados Unidos. Twitter censuró un artículo del New York Post, dado que contenía fuentes de información basadas en un hackeo a una cuentas del correo electrónico del hijo de Joe Biden, Hunter Biden. Dada la presión de sectores republicanos, la censura fue levantada por parte de Twitter, lo que demuestra lo arbitrario de la censura.

Es decir, la solución que las redes sociales tratan de otorgar con la censura de discursos de odios terminan coartando la opinión pública y la libertad de expresión, más allá de la posición política.

Finalmente, cabe destacar que la centralización también es concentrada en una pequeña proporción de generadores de contenido, descrito en investigaciones de Pew Research, 80% del contenido es generado por el 10% de los usuarios. Es decir, si todos podemos comentar y crear tweets en este caso, solo un minoría es escuchada.

Fuente: https://www.pewresearch.org/internet/2019/04/24/sizing-up-twitter-users/

Por lo tanto, si es que existe una recompensa a la polarización dada su mayor popularidad, esto perpetua visiones más extremas pero con un completo vacío de racionalidad y sentido común.

Libertad de expresión

La corriente liberal clásica ha venido perpetuando el principio de libertad de expresión con cierta resistencia recientemente. La corriente desde John Stuart Mill, que argumentaba que existe cierta ganancia a escuchar la opinión contraria, incluso si esta en lo incorrecto. Tal como lo indica en su ensayo “On Liberty”.

Es el compromiso de decidir la pregunta por los demás, sin permitirles escuchar que puede ser dicho por el “sector” contrario lo cual denuncio y desapruebo.

ON LIBERTY JOHN STUART MILL (P. 28)

Mill al inicio de este ensayo está principalmente preocupado de la falibilidad de los enunciados que uno pueda albergar. En otras palabras, ¿cómo puedo estar seguro de lo que creo como verdadero es completamente cierto?
Mill mantiene un concepto proto-popperiano, en el sentido que añade un grado de incertidumbre a lo creemos como cierto, dando espacio a las opiniones contrarias para elaborar sus argumentos.

Ahora, ¿Qué tiene que ver esto con las redes sociales? Bueno, si las redes sociales son el medio moderno de discusión pública con todos los pormenores comentados anteriormente, es imperativo que la libertad de expresión sea respetada, tal como la gran mayoría de sociedades liberales lo albergan en sus declaraciones de principios. Pero dado que como hemos comentado antes, las redes sociales se rigen por términos y condiciones decididas por fuera de la esfera pública, ¿Cómo pretendemos al largo plazo mantener este derecho?

Es el caso del transgénero, siendo un tópico especialmente acalorado en los Estados Unidos, donde ha sufrido una censura especialmente delicada a sectores no solamente de extrema derecha en donde se podría minimizar el fenómeno, sino también a académicos que están en contra del supuesto consenso público, como la doctora en psicología Debra Soh entre otros, ha existido una censura permanente supuestamente en pos de defender a las minorías transgénero, dado que las publicaciones de los académicos han sido clasificadas de transfóbicos. Lo carente de lógica en este concepto es ¿Quién define que es transfóbico? pero quizás más importante aún porque tiene que ser digno de censura? Tal como indica el razonamiento de Mill, no debería ser la propia opinión pública la que juzgue?

Conclusión

Al igual que el documental llamado The Social Dillema lanzado en Netflix concluye que es prácticamente imposible que las compañías más grandes del mundo cambien su comportamiento en torno a su principal fuente de ingreso, el cambio solo podría ocasionarse desde la regulación desde la esfera pública, a lo cual yo estoy de acuerdo. Pero además dejan de lado o no hay suficiente enfásis en reforzar la idea de que si esto no es hecho a tiempo, podríamos ver morir al periodismo tal como lo conocemos junto con avances cada vez más profundos a gobiernos autoritarios y populistas. No es coincidencia que las redes sociales provean de ficciones paralelas a las conocidas para que las narrativas de cada grupo político sean vistas como narrativas más congruentes, el rechazo al calentamiento global, una de ellas.

Finalmente creo que estas tendencias también fomentan el relativismo o la verdad propia, lo que hace el discurso público aún más difícil en conjunto a los desafíos de la polarización, centralización, censura y edición de contenidos antes comentado.

Meritocracia y condición social

El debate público ha estado enfocado en definir qué tan legítimo es validar la meritocracia sin ignorar la condición social de dónde proviene. La motivación del debate proviene desde el mismo gobierno que ha impulsado medidas educacionales que consagran la selección como un pilar fundamental en establecimientos de alto rendimiento de carácter público.

Investigaciones han tratado de plasmar este concepto a través la variación de la siguiente pregunta, ¿Cómo es posible qué estudiantes de colegios particulares pagados obtengan el 80% de las gerencias? ¿Será la perpetuación a una clase aristocrática o es más bien meritocracia en su puro sentido?

En un mismo tono, el periodista Daniel Matamala en la columna Pedro, Juan y Diego trata de plasmar esta misma problemática describiendo un cruce de datos entre pruebas SIMCE 2004, PSU 2009 y sueldos 2017 de 75,000 jóvenes. La medición compara solamente dos variables, el puntaje SIMCE en octavo básico versus el sueldo promedio, infiriendo que la primera métrica es predictora de la segunda. Daniel comete el error en pensar que el estudio puede ser usado para plasmar las desigualdades que se viven el sistema escolar, incluso sí estos son datos duros. ¿Por qué no? La conclusión carece de fundamentos dejando de lado una serie de factores que hacen el estudio poco interesante, dado que está compara elementos que entregan inferencias incompletas. La comparación entre jóvenes tiene que ser equivalente, para poder concluir que existe una discriminación de jóvenes de menores recursos a trabajos de mayores remuneraciones y mejores jerarquías. Por ejemplo, si estamos comparando jóvenes que cursaron carreras universitarias versus jóvenes que no lo hicieron claramente existirá una diferencia importante de ingresos y cargos. Además, habrá otros factores que también tienen que ser tomados en cuenta para evaluar la relación entre ellos y el nivel de ingreso. Estos factores podrían ser el nivel de inglés, la capacidad comunicacional, nivel de matemáticas, personalidad, capacidad de negociación entre otros.
Entonces el contraste tiene que ser en base a elementos comparables, siendo la situación económica una de ellas, pero sin dejar de reconocer que las diversas habilidades – heredadas o no – generan diferencias en el ingreso.

En términos más globales, si deseamos analizar la diferenciación a niveles poblaciones el indicador de la movilidad intergeneracional de ingresos es una buena herramienta para entender más en profundidad que está pasando.
¿Qué es la movilidad intergeneracional? Es un indicador económico que demuestra el avance o estancamiento desde una generación a otra, en niveles económicos. El indicador entrega un número entre 0 a 1 que significa el porcentaje de la diferencia del ingreso actual respecto al promedio. Por ejemplo, el ingreso promedio de Chile en 2017 fue de 554.493 pesos. Si una familia percibe 400.000, la diferencia es de 154.493 pesos, bajo una elasticidad actual de Chile de 0.5, el movimiento intergeneracional solamente le estaría heredando en promedio una diferencia bajo el promedio salarial de 77.247 pesos – sueldo en promedio 477.246.

Según un estudio de la OCDE la elasticidad en Chile del ingreso intergeneracional es de 0.5 o 50%. Javier Núñez reconoce que ha habido una mejora en este indicador, pero argumenta que se encuentra en intervalos altos – entre más alto el indicador, menor es la movilidad. Otros intelectuales tales como Claudio Sapelli argumentan que las diferencias salariales van a ser reducidas en un corto plazo, dado que la diferenciación educacional es cada vez menor entre generaciones más jóvenes.


Elasticidad de la movilidad intergeneracional – Fuente: ocde.org

Tal como se indica en el gráfico Chile podría tener mejores indicadores, estando lejos de los países nórdicos, pero aún así comparable a países como Francia o Austria.

En conclusión, es imposible debatir de que no existe la meritocracia, pero está no se desarrolla en su más puro sentido, es decir las familias son capaces de mejorar sus condiciones sociales a través del paso del tiempo, pero las posiciones de mayor jerarquía corporativa siguen siendo en su mayoría las mismas elites plutocráticas del puñado de colegios privados que la revista Capital indica. Bajo mi opinión personal, creo que a medida que Chile vaya diversificando su matriz económica bajo aumentos productivas, la diversificación también se replicará en posiciones jerárquicas por necesidad. Al día de hoy, muchas industrias poseen una base rentista las cuales ignoran su carácter elitista.

Auto-replicación

Como si la copia de un software se tratara, el proceso experiencial es un continuo proceso de despliegue de identidad con una consistencia increíble – es muy raro realizar acciones fuera de la propia identidad.

La metáfora de la copia es para ilustrar el proceso rutinario de nuestras vidas y la falta de entropía en nuestro actuar, mas neguentrópico que entropico.

Pareciere que nos estamos copiando en cada momento, para combatir a esta entropía, que de cierta manera sabemos lo que funciona, pero no nos atrevemos a lo desconocido, porque puede caer en manos del caos.

La asimilación de uno como individuo hace que la copia haga sentido.

Al igual que la evolución darwiniana de los genes, la copia va mutando poco a poco transformando a la identidad. Pero ¿qué tiene que pasar exactamente para que la copia mute?

La claridad de perspectiva es un hito que nos permite hacer ese micro-cambio pero ¿cómo se construye claridad? Los procesos cognitivos de construcción mantienen una estrecha relación con los procesos auto reflexivos tanto desde el ámbito personal como terapia.
La reflexión es el ejercicio de hacer buenas preguntas, tanto a otros pero también a uno mismo. El sinfín de preguntas que se pudieran dilucidar es enorme, la gran cuestión es más bien,  ¿qué tan frecuente es ese proceso?

Al igual que una meseta, en donde la superficie es plana y tiene cierta altitud respecto a la superficie basal, de igual manera veo a los procesos anteriormente descritos. Seguramente la construcción de la meseta tardó millones de años a través de movimiento tectónicos de placas, que fueron capaces de generar el “desde”. El día de mañana la tierra puede destruir esa meseta o construir sobre ella.

La claridad nos vislumbra la autoconciencia y el autoconocimiento que nos hacen más resilientes a nuestro entorno y realidad como tal. Al minuto el cual apago las fantasías que tengo sobre mi y la realidad en general puedo explayarme con mayor eficacia y satisfacción personal en el entorno y con menos roce.

El hombre promedio

¿Es el proceso de diferenciación y búsqueda de estatus algo a lo cual uno pueda escapar? Al igual que el burro que persigue la zanahoria, el estatus es una  quimera, que entrega el sentido que necesitamos, válida nuestros esfuerzos y sacrificios hacia una especie de fin último.

Existen diversos medios por lo cual el estatus es alcanzable, el primero y quizás el perseguido por nuestros padres es el supuesto sueño americano, que consiste en la maximización y acumulación de riqueza económica, hasta que en algún minuto seamos lo suficientemente respetables por nuestros pares. El materialismo ha sido uno de los motores de este proceso, complementado con cierto grado con el aspiracionalismo, el cual vende por descuento el estatus perseguido, es decir crea la ilusión de pertenecer a un estatus superior por los objetos que consumimos, más que por quienes somos. El clásico ejemplo es la compra de una taza de café Starbucks, que supuestamente crea la ilusión de que somos más cool que el resto, pero en realidad, somos la misma persona.
La explicación más teórica sobre el valor de este estatus proviene desde el análisis del valor económico. Independientemente de de la forma que se entregue valor, es decir sin importar si es empleado o empresario, existe una transferencia directa a la sociedad de un valor determinado, incluso si el valor generado es cuestionable moralmente. El ejemplo clásico es el cajero de un banco, el dueño de una ferretería, etc.

Por otro lado, existe un estatus un tanto más difícil de describir, basado en posiciones sociales dependientes del capital intelectual que estos generan o poseen, tales como profesores universitarios, autores y similares. El impacto es más abstracto dado que no es directo, incluso pueden pasar décadas o siglos hasta que sus aplicaciones tengan efecto. Por ejemplo, la tecnología no tendría espacio sin el descubrimiento del electrón y sus aplicaciones.

Por último, siguiendo la misma línea de abstracción anterior, existe un estatus vinculado con la voluntad de ayudar a otros, utilizando tiempo y/o dinero en causas reconocidas como importantes por esa persona y sus pares. Estos individuos de seguro rechazan al menos la primera clasificación de estatus, dado que lo perciben como una rueda de un hámster, de seguro se mueve, pero no llega a ninguna parte. Una alegoría similar es el sentimiento de euforia o satisfacción al minuto de comprar algo, pero que desvanece con el tiempo a medida que normalizamos la posesión del objeto, por lo tanto, la compra de ese artículo no es “capaz” de satisfacernos en un sentido más amplio y profundo. Magnates del mundo tecnológico en Estados Unidos han vivido esta transición, el caso más emblemático es el de Bill Gates. En la década del 2.000 este personaje era visto como un CEO que fomentaba prácticas monopólicas y en donde finalmente la empresa fue demanda por prácticas de anti competencia bajo el famoso caso Estados Unidos vs Microsoft, siendo un duro revés para su imagen y ego. Además de no tener el carisma y seguidores que tenía Steve Jobs en ese entonces. Al día de hoy, Gates está dedicado plenamente a la ayuda de países africanos, su fundación que lleva su nombre y el de su esposa, Bill & Melinda Gates, es la fundación más grande del mundo por donaciones. Por lo tanto su posición como magnate ya no era suficiente, era necesario una nueva “posición” de estatus.

Ahora, ¿será este último estatus un refugio o escape de los otros niveles de estatus, solo para sentirnos mejor con nosotros mismos en comparación a otras personas? ¿Será qué al no haber una diferenciación posible en el ámbito material, es necesario generar una diferenciación en cómo se afronta la vida, siguiendo supuestamente valores y morales mejores, pero que al final de cuentas solo reside en nuestro ego para sentirnos mejor con nosotros mismos?

Después de este breve análisis, ¿no será mejor apuntar a ser un hombre promedio que un hombre diferente a sus pares y supuestamente excepcional?

El caso del hombre promedio

Se han preguntado alguna vez, ¿qué pasaría si hubiera existido 10 millones de Nikola Tesla, 5 millones de Isaac Newton o 10 millones de Leonardo Da Vinci? De seguro que el mundo sería sustancialmente distinto y mejor. El detalle está en que estos sujetos no serían considerados como héroes de sus campos, sino más bien hombres promedios, careciendo de su valor social y estatus antes descrito.
La normalización del capital intelectual convirtiéndose en algo promedio, genera un espacio de intercambio ideas excepcional. Lamentablemente en el mundo intelectual existe un filtro, en donde las buenas ideas son descartadas por falta de credenciales sin que estas lleguen a “puerto”.

La idea del hombre promedio es desechar la idea del querer ser algo más y solo ser siguiendo las directrices de la propia identidad.

¿Quiénes Somos?

Resultado de imagen

Cada cosa que es, se define bajo trazos específicos, por ejemplo un perro es identificable entre todo el reino animal sin mayor problema. De hecho la inteligencia artificial es capaz de realizar la misma tarea de reconocer objetos y clasificarlos, sin mayor problema.

Al ser los únicos seres con conciencia comprobable, la definiciones de individuos es más compleja. El sujeto está conformado por una cantidad de interacciones y relaciones vividas con un otro, resultando en diversas miradas que estos otros individuos puedan tener sobre el sujeto en cuestión. Por lo tanto los confines de ese sujeto son amplios y están llenos de matices, donde esos mismos límites generan que un amplio espectro de personalidad e identidad.

Este tejido de interpretaciones es multitudinario, en el sentido que aplica a cada individuo por igual y  según la escala de qué tan amplia sea la red de este sujeto. Entonces, el entretejido desvela un rango de posibilidades de un determinado individuo.

Esto además, se agrega a la propia confusión diaria dada las fuerzas entrópicas que describe la física. El sujeto es evaluado por el pasado, su supuesto bagaje cotidiano, que podría ser una foto de su existencia, mantendría un carácter estático de quien es esa persona. Pero, es imposible capturar el carácter dinámico de un ser, el cambio es imperceptible, dado que metafóricamente es milimétrico. El constructo público de quien es esa persona nunca será preciso por su puesto, pero también asume a una persona resuelta, en donde la confusión no tiene espacio, más bien se ve como un gatillante para observar el resultado de su propia existencia, es decir que la confusión genera una voluntad de querer inteligir la realidad, el mundo o el universo. Habrán sido los grandes intelectuales, los grandes confundidos? Será el mismo “concepto” tal como lo describe Borges:

Deje que otros se enorgullezcan de cuántas páginas han escrito.
Prefiero jactarme de los que he leído.

Jorge Luis Borges